La formación inicial se compone de Edu D. (elEdu), Hugo P. (Grafo), Hernan G. (PIC), Carli C. (Calito), con la participación especial de
Jorge V. (El Alquimista) y Raúl D. (RD), pero esperamos seamos mas. En este partido como en los partidos de la vida hay alegrias, tristezas, polemicas, amores, desamores, cambios y transformaciones, seria un placer que participes de ellos junto a nosotros..

......Tu comentario es bienvenido!! (gracias)...........
Queremos recibir tus aportes y sugerencias a: correomanoinquieta@gmail.com

lunes, 25 de marzo de 2013

La conmovedora historia de Bayan Mahmud

Llegó de Ghana en barco escapando de una guerra de tribus. Tiene 18 años, juega en la 4ª de Boca y vive en la pensión de Casa Amarilla. Quiere triunfar en Boca y ser “el primer negro en jugar en la Selección Argentina”. "Yo dormía atrás de una contena (contenedor), en el piso. Porque no tenía documentos ni nada. Estuve ahí escondido un día y medio. Al final, salí. Si no, iba a morir. Y por supuesto los que me vieron son muy buena gente. Me dijeron que me quedara tranquilo, que no saliera mucho. Cuando era el tiempo de comida, me traían. Y así estuve las tres semanas que duró el viaje. Yo no sabía que estaba viniendo a Argentina. Me subí a cualquier barco, tenía que escapar de la guerra. Mis padres habían fallecido en 2005 en la guerra y sabía que era muy peligroso. Después de eso, estuve con mi hermano en una casa de orfanatos. Pero la guerra de tribus apareció otra vez en el 2010. Yo soy de la tribu Kusazi y nos venían a perseguir. Ellos se reconocen por una marca que llevan en el cuerpo. Si me veían, se iban a dar cuenta de que no tenía ninguna marca porque nosotros no nacimos en la capital. Y me podían matar o hacer algo. Por eso, quería irme. Empezamos a correr, ese lugar es medio jodido. Y no sabía qué pasaba con mi hermano. Fui a otra ciudad para entrar a un barco. Estuve como una semana. Hice amigos en ese barco, me contaron que salía al día siguiente y me ayudaron a meterme. Era muy peligroso. Yo entré ahí pero no sabía adónde iba”. De repente los ojos se humedecen, la sonrisa se transforma en esa nostalgia aromatizada, los recuerdos lo atrapan, la voz se entrecorta, los silencios hablan y la historia se escribe en tiempo presente. Bayan Mahmud tiene ahora 18 años. Hace 28 meses se escapó de Ghana, en el oeste de Africa, para no ser víctima de una guerra de tribus que ya había arrasado con sus padres. En el camino perdió a su hermano, se subió a un barco y llegó a Argentina. Y a Boca. El club lo cobijó, lo alimentó, lo ayudó en su proceso de refugiado para poder radicarse definitivamente en el país. Bayan es integrante de la categoría 94 desde principios de 2011 y este año fue inscripto para poder jugar oficialmente. Bayan es un volante por derecha devenido en lateral, que como todo chico de su edad, sueña con llegar a Primera y deslumbrar con luces de neón en la Bombonera. Vive en la pensión del club y se entrena todos los días con la Cuarta en el complejo Pedro Pompilio. Bayan admira a Riquelme y a Hugo Ibarra. Bayan dice “jodido” y “boludo”. Bayan quiere ser “el primer negro en jugar en la Selección Argentina”. Su papá Mahmud, ex futbolista de un prestigioso club ghanés, y su mamá Fátima le dieron una educación “correcta”. Con su hermano Muntala se la pasaban de finca en finca en busca de una pelota. Así, todos los días. Por eso, tal vez, en apenas un par de pruebas en Boca se dieron cuenta de su potencial. “Cuando me bajé del barco-se acuerda Bayan- estuve tres días sin hablar. Hasta que me encontré con un par de senegaleses y nos pusimos a charlar del Mundial de Sudáfrica 2010. Ellos son muy buena gente, me llevaron a migración en un taxi. Y de ahí me mandaron a una pensión de refugiados en Flores. Después, me fui a Constitución, donde había muchos africanos. Los sábados siempre pasaba por la plaza en la que jugaban al fútbol hasta que un día me preguntaron si quería entrar. Venían perdiendo, pero pasamos a ganar todos los partidos. No sabía que estaban jugando por plata. Y me dieron $20. ¡Buenísimo, je!”, se ríe Bayan, con esos dientes blancos que ahora sí transmiten paz. “Entonces empecé a ir seguido y una persona que se llama Rubén García me vio jugando ahí y me trajo a Boca. Agarramos el form (formulario) y me tomaron la prueba. Y ese día jugué muy bien, je”. Bayan ya es todo un porteño. Está por comenzar segundo año del colegio secundario, se destaca en inglés y en matemáticas, come asados (“riquísimo”), va seguido al cine y no tiene novia porque “ahora es todo fútbol, fútbol, fútbol”. Sin embargo, hay una costumbre que no se mancha: reza cinco veces al día. “Sin Dios, no podría estar acá. Es el que me da fuerzas para seguir”. Por Dios, dice, también localizó a su hermano Muntala. “Estuve con él hasta que me escapé. Después no supe nada más”. -¿Y cómo lo encontraste? -Por Facebook. Itatí Encinas, secretaria de presidencia, y una amiga de ella me ayudaron mucho. Yo no sabía si él estaba vivo o muerto. Y un día me dijeron que lo habían encontrado. El también me estaba buscando, entonces puso su número de teléfono en su información. Lo llamaron y empezamos a hablar. Fue una emoción muy grande. Después empezamos a usar el skype, a mandarnos fotos y algunos videos. -¿Cuándo debutés en la Bombonera tu hermano tiene que estar? -Sí, ese día morir, je, je. Estoy haciendo los trámites para que pueda venir (un silencio largo como su viaje) Es el único que tengo y si él está cerca mío, voy a estar muy contento. -¿También sería un homenaje para tus papás? -Sí, yo siempre rezo por ellos. Y sé que estarían orgullosos de mí.

Gracias Javi por el aporte.
Nota completa:  http://www.bocaprogramaoficial.com.ar/programa-mahmud/  Leer más...