Nueva sección (y van!!) del Blog.
El Dato Inquieto.
Primer Entrega: 22 Penales, Platense-Lanus.
El 16 de noviembre de 1977, Platense y Lanús dirimieron el tercer descenso del Metro luego de 120 minutos y 22 penales ejecutados. Noche histórica en el viejo gasómetro.
El campeonato Metropolitano de 1977 fue el de mayor cantidad de fechas del profesionalismo. A lo largo de 46 jornadas y nueve meses River fue el campeón y Ferro Carril Oeste y Temperley perdieron la categoría. Pero el reglamento establecía tres descensos y por eso el último casillero se debía determinar en un desempate entre Platense y Lanús, que habían igualado en 38 puntos.
El match debía disputarse en terreno neutral y el viejo estadio de San Lorenzo fue el elegido. La batalla comenzó a las 21 horas y luego de los 90 minutos reglamentarios, más los 30 de tiempo suplementario, las vallas permanecieron invictas. Con el pitazo final del juez Barreiro, llegó la hora de los penales.
Era un momento sublime, donde el cansancio y la tensión serían protagonistas al igual que cualquiera de los 22 futbolistas. La serie la inició con certeza Miguel Arturo Juárez, poniendo a los “calamares” en ventaja. Orlando Cárdenas, delantero de Lanús rezaba de rodillas frente a una imagen de la Virgen de Luján en el centro del campo. Debió dejar esa mística postura para dirigirse al punto de sentencia. Lentamente llegó y anotó: 1-1.
A partir de ahí y con gran eficacia, ejecutaron Belloni, Pachamé, Osvaldo Pérez, Ribecca y Ulrich. Siete pateados con la misma cantidad de convertidos y la chapa con Platense arriba 4-3. El remate de Coria es detenido por Osmar Migelucci, dejando al “marrón” en la antesala de quedarse en primera. Gianetti toma carrera, llega y su ejecución se encuentra con las manos de Rubén Sánchez. El llanto de Gianetti se mezcla con la incipiente tormenta que cubre el cielo de Boedo. Ahora es Moralejo el encargado y su conquista pone paridad y un alivio para Lanús: 4-4 y tanda de dos por bando.
El otro Juárez de Platense, Miguel Ángel anota y a continuación nuevamente se luce Migleucci conteniendo en envió de Benejú. Algunos avezados ya festejan la salvación “calamar”, la mayoría prefiere esperar el disparo de Niro… y lo bien que hicieron, porque éste lo desvía. El drama crece hasta límites insospechados. ¿Quién se queda en primera? ¿Quién vuelve a los sábados? Guillermo Zárate la coloca con calidad y la chapa marca 5-5.
A continuación, vuelve la eficacia: Rivero, Barrera, Pinasco y Giachello marcan para establecer el 7 iguales. Es el turno de Peremateu, pero el zaguero de Platense está en una camilla. Los jugadores, el técnico Juan Manuel Guerra y el árbitro deliberan, mientras las agujas de los relojes se van acercando a la medianoche. Como puede, el defensor se incorpora y camina hacia el punto penal. Su cabeza indica, pero las piernas están en otro lado. Su tiro se estrella con el poste derecho de Sánchez y golpea el alma calamar.
Por fin, ahora es Lanús el que dispone por primera vez de su chance. Quien toma la responsabilidad es su arquero, Rubén Omar Sánchez, pero su remate débil y al medio, es fácil para Migelucci. Parece que esto no va a terminar nunca. El turno ahora es para el guardameta “marrón”, pero se altera el orden y vuelve a ejecutar Miguel Arturo Juárez, sin que Migelucci lo haya hecho. Esta situación no es advertida por el árbitro y posteriormente derivaría en un juicio que la entidad del Sur le ganaría a la AFA.
El “negro” Juárez revienta las redes y pone el 8-7. ¿Definitivo? Si, increíblemente definitivo, porque el disparo de Cárdenas va sobre la derecha de Migelucci, que se estira hacia allí cuan largo es, para aferrarse a esa pelota y decretar el final. Lágrimas de un lado y del otro, como en la comedia y la tragedia, porque este partido tuvo de todo. Migelucci toma la pelota y se golpea el pecho de cara a su tribuna. Es su revancha, porque la noche anterior, en la casa del técnico Guerra habían recibido un llamado intimidatorio: “Migelucci se vendió contra Chacarita, si mañana juega, les quemamos la casa”. Ante tanta cobardía, sobresalió la hombría con mayúsculas de Guerra para ponerlo y del arquero para sobreponerse a todo.
Pese a que Miguelucci contuvo cuatro penales y fue decisivo en la permanencia de los “calamares”, se quedó sin trabajo poco días después porque el club no le renovó su contrato.
El árbitro del partido, Roberto Barreiro, no advirtió que Platense violaba el reglamento cuando permitió que el undécimo penal lo ejecutara Juárez, quien ya había rematado el primero y no podía volver a hacerlo hasta que tiraran todos sus compañeros, incluido el arquero. Juárez era un experimentado goleador y Miguelucci no se tenía fe en ese momento. Lanús cumplió con las reglas. Su último penal lo remató su arquero Sánchez y Miguelucci lo atajó. Lanús accionó judicialmente contra la AFA y, mientras se discutía en los estrados, bajó de la Primera B a la C. Le ofrecieron dos posibilidades: volver directamente a la Primera División, saltando dos categorías, o una fuerte suma de dinero. Lanús se quedó con la plata e inició su gran despegue en lo social y deportivo.
Lanús se fue a la B, más tarde a la C y recién regresó a primera en 1990. Platense fue la contratara, ya que a partir de aquella noche de Boedo, inició una serie histórica de salvadas del descenso, que recién se cortó en 1999, cuando perdió la categoría.
Alegría, tristeza, 120 minutos, 22 penales para una noche ya lejana, pero eterna en el recuerdo del futbolero argentino.
Este es un blog de futbol, un blog de cuentos, un blog de historias y recuerdos; es un blog hecho con amigos, para viejos amigos y nuevos amigos.
La formación inicial se compone de Edu D. (elEdu), Hugo P. (Grafo), Hernan G. (PIC), Carli C. (Calito), con la participación especial de Jorge V. (El Alquimista) y Raúl D. (RD), pero esperamos seamos mas. En este partido como en los partidos de la vida hay alegrias, tristezas, polemicas, amores, desamores, cambios y transformaciones, seria un placer que participes de ellos junto a nosotros..
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domingo, 12 de septiembre de 2010
22 Penales
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¡Qué recuerdo!. Los penales los escuché en la estación Castelar del ferrocarril Sarmiento, cuando volvía de la facultad.
ResponderEliminarDespués del consabido grito Castelar solamente, solamente Castelar, que pregonaba el chancho, bajé del tren hecho mierda esperando que llegara el de Moreno. En el grill de la estación la radio estaba a full (como dicen ahora) y un grupo numeroso de pasajeros acompañaban asombrados cada ejecución desde los 12 pasos, hasta que la atajada de Migueluchi en el último penal desató la alegría de un tipo grande, que hasta me pareció que tenía la cara parecida a un calamar, corroborando que era hincha de Platense. Como su hubiera estado planeado, inmediatamente llegó el otro tren a Moreno, todos subimos en él, pero el más contento era el Calamar.
Gracias Edu por el recuerdo
Me imagino al tipo en el andén con la cara parecida a un calamar y una sonrisa de oreja a oreja, muy bueno.-
ResponderEliminarGrill le dicen por otras estaciones. Cantina de andén es más familiar por el pago. Hoy no hay radio porque la televisación de los acontecimientos ha ganado la batalla, Futbol para todos en 20 pulgadas. Gran anécdota Alquimista!
ResponderEliminarQue lindo es Platense!
ResponderEliminarEsa noche estaba en la tribuna con mi viejo, El Tano tachero de Saavedra, mojándonos pero contentos, felices porque Platense quedaba en primera, inolvidable!!
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