La formación inicial se compone de Edu D. (elEdu), Hugo P. (Grafo), Hernan G. (PIC), Carli C. (Calito), con la participación especial de
Jorge V. (El Alquimista) y Raúl D. (RD), pero esperamos seamos mas. En este partido como en los partidos de la vida hay alegrias, tristezas, polemicas, amores, desamores, cambios y transformaciones, seria un placer que participes de ellos junto a nosotros..

......Tu comentario es bienvenido!! (gracias)...........
Queremos recibir tus aportes y sugerencias a: correomanoinquieta@gmail.com

miércoles, 27 de abril de 2011

EL ABUELO POETA

Muchos se preguntaron, a raíz del emocionante comentario realizado por el Edu, en su artículo “1 año de Mano Inquieta”, si el abuelo Joaquín había escrito algo. Les voy a dar una sorpresa, que para mi también lo fue.

Si bien me consta que el abuelo escribía desde joven hermosos poemas, alguno de los cuales “le robe” para componer alguna que otra canción en la guitarra, parece que con el tiempo dejó esa hermosa costumbre y se dedicó a la prosa.

Así es que intecambiaba cartas con amistades (como Arnaldo y Alcira que viven aún en Malargüe Mendoza, su prima de Córdoba y Cacho y Elena la familia de R.D. que viven en Catamarca).

En esos relatos, alguno de los cuales conservo, hacía alarde de una prosa mu y depurada, que hacía olvidar totalmente el hecho de que solo terminó el sexto grado de la escuela primaria, aunque también hay que reconocer con una letra horrible

De esas cartas, guardo algunas y una en especial fue también una sorpresa para mí, porque no la había leído o no me acordaba de su contenido.

Agradezco que a raíz de la participación y de los comentarios de Edu en el blog, se pueda rescatar para sus nietos y bisnietos estos hermosos poemas.

La carta fechada el 19 de marzo de 1990 está dirigida a “Los amigos de Catamarca”

“Hacía mucho que no escribía versos (no me atrevería a llamar a esto poesía). Pero me di cuenta al sentir la necesidad de hacerlo, de que la impresión recibida de este viaje fue profunda y duradera. Todo contribuyó a que fuera así. En primer lugar por supuesto todos ustedes. Y luego tanta belleza paisajística. Tanta grandiosidad con tantas anécdotas y recuerdos que al viajar por ejemplo, con Salomón e Isolina nos permitieron adentrarnos no solo en lo pintoresco, sino en el espíritu de lugares y paisajes, de gentes e historias, de dramas y alegrías.

“Y a pesar de que los poquitos días pasados en Rincón, quizá por lo que acabo de decir, y porque realmente esa zona tiene una personalidad que nos pareció muy especial, dejó en nosotros una tan fuerte impresión, que me hizo cometer esta vez dos pecados, que aquí van:

LOS PUEBLOS DEL AMBATO (*)

Los pueblos del Ambato se arman como juguetes,
que antaño eran de lata pero que hoy son de plástico
sobre la falda abrupta se alinean arbolitos
y entre ellos las casitas con cartones pintados.

El viajero que mira desde allá, desde el llano,
no imagina la vida que se agita entre los álamos,
no repara en nogales, viñedos, ni tejados,
no sabe de tortillas, ni de hornos de barro.

El Ambato vigila, hosco, austero y cercano
y a veces de estremece, vomita piedra y barro,
y recuerda a los pueblos de cartones pintados
que podría borrarlos con brutal manotazo.

Pero que no lo hace, pues de allá, desde el llano,
perdería el viajero la ilusión de juguetes
que armaba de pequeño, con latitas o plástico.


(*) El cordón Ambato-Manchao es el límite de las Regiones Oeste y Centro de la provincia de Catamarca, en Argentina. Tiene una altura de 4.300 metros sobre el nivel del mar, en el Cerro El Manchao. En la ladera occidental se encuentran enclavados los pueblos de Rincón, Mischango, Mutquin, Rosario de Colana y Pomán


RINCON

Rincón mira al Oeste, y está alegre y ufano
pues para llegar a él , se cruzan pueblos hermanos
de Pomán, de Colona, de Mutquín y Mischango

por caminos que trepan en cerros y quebradas
y en la fiesta del aire, las montañas y el pájaro,
del rio y de la piedra, de la laja y el árbol.

Rincón mira al Oeste y está triste y cansado
pues para ir a Joyango debe bajar al llano
o internarse en senderos de mulas y caballos

Rincón mira al Oeste y descansa de alturas
cuando baja a Saujil, tobogán resbalando
o vuelve de Siján, racimos saboreando.

Rincón mira al Oeste, salar de Pipanaco,
el salar que bordeaban miles de algarrobales
que talaron y nunca fueron a renovarlos.
(Sin embargo semillas reemplazaron a humanos
y hoy viajan acaballo con el hacha y el lazo
artesanos que tallan bateas por encargo)

Rincón mira al Oeste y pide que lo cuiden,
que lo amen como lo amo, como lo amaron antaño
muchos que ya descansan en el cementerio alado

que no mira al Oeste, que mira a los cuatro vientos:
a los cerros, quebradas, las piedras y los álamos,
los nogales y el río, el Ambato y los llanos
los niños de alma alegre y los viejos cansados.


GRACIAS JOAQUIN, MI VIEJO.
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domingo, 24 de abril de 2011

Denis Stracqualursi y una historia de apellidos difíciles de José Luis Ponsico

El delantero de Tigre es una de las figuras del Clausura de fútbol 2011: lleva convertidos ocho goles, tres consagratorios, los tres que le marcó a Boca Juniors en el empate 3-3 del domingo pasado en la Bombonera.
"Era vago, dejé la escuela y este presente se lo debo a mí viejo", contó hace poco el 9 del apellido con ocho consonantes que llegó a la Primera de Gimnasia hace tres años y alcanzó la gloria en el último triunfo del Lobo sobre Estudiantes de La Plata.
"Traca", como le dicen, nació en Rafaela, Santa Fe, el 20 de octubre del 87. A los 23 años es -junto al uruguayo Santiago Silva, repetido "artillero" en Vélez y antes en Banfield-, uno de los delanteros del momento.
Hincha de Colón, supo mezclarse con la barra. "Estuve a punto de tomar un camino equivocado" recordó también. Según se supo, en la entrada a la adolescencia y salvo algunas "changas" con un tío, "no hacía nada y vivía el ocio de malas compañías", reconoció.

El fútbol argentino tuvo otros futbolistas con apellidos difíciles. De seis o más consonantes como Stracqualursi.

En los años 50 Racing tuvo a Cosme Sciancalépore, lateral izquierdo, suplente de José García Pérez, compañero de Pedro Dellacha.

En el 56 Racing también tuvo a Domingo Scatolini, reemplazante de Arnaldo Balay; en tanto Estudiantes de La Plata tenía en el arco a Héctor Giambartolomei, que pasó a Boca y Gimnasia y Esgrima, a Rodolfo Smargiassi, que jugó nueve temporadas sin faltar ningún partido como número "6".

Rosario Central entre 1951 y 1955 "aportó" a Roberto Apicciafuocco como entreala derecho (8) y el ala izquierda Eduardo L´Epíscopo y Juan Portaluppi, que pasó a San Lorenzo.
El puntero izquierdo siempre fue muy recordado por el extinto Roberto Fontanarrosa: hizo cuatro goles en un partido Rosario Central 9 - Tigre 2, el "debut" del humorista rosarino concurriendo con su padre al estadio de Arroyito en el 54.

De Estudiantes a Central fue más tarde Alberto Cazaubón, también "wing" -así se decía- izquierdo. Cuando Roberto Perfumo, "crack" de Racing y la selección, fue adquirido por Cruzeiro de Belo Horizonte, Brasil, lo reemplazó Osvaldo Batocletti.
"Duro, de incipiente calva", según el periodista Osvaldo Ardizzone. "La calvicie era por el agua de Avellaneda", decía su novia.

Un delantero inolvidable por apellido en los 70 fue Dantón Seppaquercia, ex Flandria, adquirido por River a fines del 77 y luego jugador de Gimnasia. Le pegaba muy fuerte y fue autor del gol más rápido a Jesús Borzi, arquero de Huracán.
El 18 de marzo del 79 anotó a los 5 segundos en el estadio del Bosque.
"Se la di a Antonio García Ameijenda en el círculo central, apenas iniciado. Le pedí que la devolviera rápido porque el arquero de ellos estaba distraído y lejos del arco", contó.

Newell´s en el 55 tenía un lateral derecho llamado Aldo Mastrogiuseppe, compañero de Jorge Griffa, Ricardo Ramaciotti, Raúl Oscar Belén y José Yudica, entre otros que llegaron a la selección nacional.

Rarezas del futbol argentino…..


FUENTE: Agencia Telam
Gracias por el aporte, Javier Rehl Leer más...

domingo, 10 de abril de 2011

Acosta juega igual


Sacó con el mismo cuidado de siempre las dos pilas triple A escondidas debajo del colchón. Caminó sigilosamente hasta el inodoro, se hizo de la portátil y fue para el lado de la celda que podría agarrar alguna AM. Puso las pilas en la radio, estiró la antena y con su diestra empezó a buscar el sonido de la transmisión cuerva.
Cuando por fin pudo sintonizar, ya habían dado las formaciones de los dos equipos. No pudo emitir sonido de queja y de bronca, el silencio era primordial para no ser descubierto. Tomó impulso respirando profundo… no le gustaba nada lo que estaba pasando.
Propaganda, más propaganda y más propaganda, estaba harto de tanta mierda para vender y nada que él pudiese comprar. Los puchos son los únicos que sabían llegar, a costo de mucha plata que no podía tener y quedaba a merced de alguno prestado ó alguna colilla sin terminar.
El programa partidario que seguía la campaña de su amado ciclón comenzaba la transmisión propiamente dicha, cuando el led de encendido de la radio empezó a perder luminosidad. Llegó a escuchar como en la agonía de pilas el partido comenzaba.
Ya nada le quedaba de aquellos momentos tan felices en el nuevo gasómetro… nada, ni siquiera aquel ritual que llevaban a cabo cuando empezaba el partido de San Lorenzo. El Chino, aquel eterno cumpa de la cancha, prendería uno y se lo pasaría luego de tres secas. Pitarían mirando al cielo rogando por un triunfo más.
Robo calificado estaba titulada la causa que lo tenía entre rejas, todavía le quedan algo así como cinco años de prisión. El defensor oficial le había asegurado que por buena conducta en poco menos de tres años comenzaría un régimen de salidas transitorias…
Todo sucedió una media mañana de frío otoñal, las hojas secas se paseaban de la mano del viento en avenida de mayo por pleno microcentro porteño. Él venia de boedo en subte y se había bajado en la estación Bolívar para ganarle efectivo a algún turista descuidado que esté dispuesto a perderlo de sus bolsillos. Caminó hasta Florida y dobló para el lado de Corrientes, zigzagueó peatones y vendedores ambulantes buscando presa para su cometido. Al llegar al edificio de Aerolíneas Argentinas, vio como una pareja iba en el mismo compartimiento de una vidriada puerta giratoria y juntos guardaban dinero en una cartera de mano, mientras salían en dirección a la calle. Apuró el paso y empuñó su navaja escondida.
Cuando se encontró frente a ellos, escuchó como charlaban en portugués y con su zurda arrebató la cartera en mano del hombre. El turista interpuso su brazo en forma instintiva para intentar detener el comienzo de la corrida de quien le estaba robando, como respuesta obtuvo una puñalada certera y casi imperceptible. La mujer empezó a gritar “ ladraonnn, ladraooo…”, él enfiló rápido hacia Rivadavia en dirección a la calle Maipú. Hizo algunos metros, escondió la cartera en sus genitales y volvió a apurar el trote, los gritos de “ladrón, ladrón…” empezaron a reproducirse tanto como su desesperación por escapar. Al llegar a la esquina dobló hacia la derecha en dirección a la avenida Diagonal Norte, en plena corrida divisó que en la esquina de la calle Mitre lo esperaba un oficial. Se freno, los gritos se multiplicaban más y más, cruzó de vereda y corrió a toda velocidad en forma contraria. A mitad de cuadra un tipo que salía de un kiosco se lanzó con los pies hacia adelante como si fuese aquel cornudo marcador central cortando una jugada de gol, pero en plena vereda de un metro veinte de ancho. El impacto llegó sobre su tobillo derecho que chocó con el otro y sus sesenta kilos empezaron a rodar por el piso. El poste de la parada del 17 sirvió como freno, cuando intentó reincorporarse una tormenta de patadas se largó sobre su humanidad. En cuestión de segundos que parecieron horas, tenía su cara entre el piso y la planta de un borceguí de un federal mientras que otro de los azules le colocaba las esposas…

Se sentó en el piso mugroso de la celda, derrumbado por no poder escuchar al ciclón apoyó la espalda sobre la pared. Dejó caer el mentón sobre su pecho, rascó con uñas que ya no tenía su pelada transpirada. Trató de imaginar el partido con los ojos cerrados, cantó en silencio y de memoria los diez primeros minutos (igual que en ese momento lo haría la hinchada). Sintió en su garganta el mismo ardor como cuando gritaba en la tribuna, imaginó escuchar al vendedor “… a la coca, a la coca…” y soñó con tomarse de un solo trago un enorme vaso. Con su brazo agitó imaginariamente el trapo mitad azul y mitad rojo que llevaba la inscripción: “MI GRAN REMEDIO PARA UN GRAN MAL”, la música de bombos y redoblantes paseaban por sus oídos. En seguida se le hinchó el pecho de orgullo por aquel trapo ricotero que junto al Chino habían podido mandar a hacer.
Los minutos pasaban y la resignación le empezó a ganar. El partido se fue diluyendo en su imaginación, para meterse en esa tortuosa tarea infinitamente ya hecha, de releer los acontecimientos que lo trajeron hasta aquí. Cuan arrepentido se sentía… cuanto tiempo mirando ese cielo repleto de sombra. Cuanta cosa, cuanta vida se extraña entre rejas. Es como vivir con un puñal clavado que te machaca el pellejo de a poco y cada día. Con la incomodísima y enorme duda por saber cual es el curso de las cosas allá afuera en su plena ausencia.
¿Su hermano seguiría yendo a entrenar en bondi a la ciudad deportiva sin que fuese él quien vele por el pibe y aliente a la promesa de crack desde el alambrado? talvez la única esperanza de toda la familia. ¿El gordo Noel habría dejado regalos para los dos hermanitos sin que él se encargue de la tarea? ¿Y los cumpleaños de la vieja? Desde que aquel hijo de re mil putas y pedazo de cachibache que tenía de marido la había dejado, ella tuvo que salir a laburar en casa de familia para parar la olla. Trabajaba doce horas diarias, sino fuese él quien lo recuerde nadie la saludaría. Tal vez los familiares de su madre que aún le quedaba en el Chaco también lo recordasen, pero la distancia y la falta de teléfono les imposibilitarían hacérselo notar. ¿Y el alquiler? ¿Quien iría a calmar la bronca después del cuarto mes vencido? no era tarea para escatimar coraje enfrentar al viejo Tulio, dueño cascarrabias de la pensión.
No vaya a ser para justificarse ni menos para ponerse reiterativo, pero ante el pucho de oportunidades que él tuvo, salir a ganarse la calle tomando prestado cosas ajenas, fue la salida que encontró al callejón en que su vida se fue encerrando. Sin estudios secundarios (ni el primario completó), sin oficio ni ganas de tenerlo. La vereda lo cobijó, se dispuso a patearla y solo sobrellevarla para pasarla lo mejor posible. Muchos fueron los tropezones, pero estar encerrado fue la caída más inmensa y dolorosa con la que pudo haberse encontrado en esta vida. Seguramente que peor sería no poder contarla, como decía su padrino el bicicletero “…probarse el traje de madera…”. Ese es hoy el motivo principal para pensar profundamente en su existencia, cambiar aquel remedio para su gran mal.
Se levantó y caminó hasta la cama. Se sentó en esa feta de colchón y perdió la vista en la nada misma. Pasaron horas tal vez y el crujir de visagras lo despertó de esa especie de siesta con ojos abiertos en la que se encontraba. El ocupante de la celda de enfrente al que llamaban Peto, era tal vez su único amigo en la cárcel. Esperó que el guardia se vaya, que Peto se sentara en el piso y se acercó a la reja para poder intercambiar siempre en silencio algunas señas. Este flaco traía data que soplaban los reclusos que pueden oír e intercambiar gritos del otro lado del paredón de la calle lindera a Devoto.
El mensajero levantó un pulgar y dibujó una cómplice sonrisa en su rostro, él recibió la noticia y festejó elevando sus puños mirando el techo. Luego Peto subió el indice de una mano y con la otra unió índice con pulgar formando un cero. Él, sin dejar de festejar, hizo muchoncitos con sus manos y los agitó para seguir preguntando. Su compañero pausó la respiración, tomó aire y volvió a dar señales. En una mano mostró los cinco dedos y cuatro en la otra. Clarisimo! Ganó San Lore uno a cero con gol del Beto. Vamo´ Cuervo carajo!

(Inspirado en la canción “Callejero de Boedo” y librado a mi escasa imaginación…)
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lunes, 4 de abril de 2011

Un gustito personal, sepan disculpar....



Como pegarle en un tiro libre....



Algunos de sus goles de Tiro Libre:


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