La formación inicial se compone de Edu D. (elEdu), Hugo P. (Grafo), Hernan G. (PIC), Carli C. (Calito), con la participación especial de
Jorge V. (El Alquimista) y Raúl D. (RD), pero esperamos seamos mas. En este partido como en los partidos de la vida hay alegrias, tristezas, polemicas, amores, desamores, cambios y transformaciones, seria un placer que participes de ellos junto a nosotros..

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miércoles, 12 de mayo de 2010

Recuerdos del futbol del ascenso










Lo recuerdo como si fuera hoy, esos recuerdos que se tallan en la memoria, sin motivo aparente.
Ituzaingo asciende al Nacional B en el año 1992, temporada 92/93. Después de perder con Morón a seis fechas del final, en la cancha de Morón siendo local Ituzaingo (si, esas cosas tiene el futbol argentino), partido que presencié, el Verde (con el Chulo Rivoira como técnico) tenia que sacar mas de 10 pts. de los 15 que quedaban en juego para no descender; su rival en esta cruzada, Dalmine. Para hacer esta misión una utopía Ituzaingo comenzaba su raid final con Gimnasia y Tiro en Salta, que venía 2° junto a Colón de Sta. Fe con 48 pts. a sólo tres pts. del puntero Banfield (que finalmente ascendería), mientras que el Verde estaba en el puesto 17° con sólo 37pts. Arranco perdiendo ese partido y lo dio vuelta sobre el final 3 a 2, y empecé a creer que el sueño era posible. Se concreto 4 fechas mas tarde, ya que gano 3 y empato 2, de los 5 partidos finales. Hazaña.
Después de tener este recuerdo, me preguntaba, porque se me grabaron en la memoria tantos momentos de esas campañas siguiendo al verde en el ascenso. Y no fueron tantos los partidos que lo seguí, 4 o 5 en el Nacional B y un torneo entero en Primera B. Pocos pero emotivos, duraderos y marcados a fuego.
No es fácil ir a las canchas de fútbol de ascenso, sea uno futbolista, hincha, técnico, árbitro, periodista o dirigente, en más de una ocasión debimos atravesar un descampado, bordear una villa, andar por calles de tierra mirando de reojo de dónde puede venir la agresión, viajar en trenes tenebrosos, colectivos de escasa frecuencia y recorrido; o encontrarse de repente en medio de una batalla campal entre hinchas y policías, con toda clase de proyectiles pasándonos a centímetros, hasta temperaturas extremas bajo cero o por sobre los 40°, lluvias impiadosas, soles abrasadores, vientos que se llevan todo. ¿Sigo enumerando? No es fácil…
¿Y porque tanta pasión? El partido que vamos a ver no se transmite por canales de aire, ni es mencionado en ningún lugar más que en medios de escasa repercusión.
Y eso que hoy en día por lo menos hay algunas cámaras de cable, donde conviven canchas absurdas, con hinchas mirando el pa
rtido desde afuera subidos al techo de un micro, golazos que se mezclan con goles de solteros contra casados, periodistas que gritan el gol como si estuvieran en el medio de la barra, apodos y apellidos de cuentos de Sacheri o Fontanarrosa, y algunas peleas insólitas con tipos pasados de vino o falopa contra policías pasados de postres que siguen tirando palos, aguardando refuerzos que jamás llegarán. Repito, no es fácil, solo explicable como una pasión inexplicable.

"Somos los mismos de siempre, que te alentamos adonde vas..."
El ascenso es orgullo barrial, el universo pequeño de uno que encierra la identificación del club con un barrio, nuestro lugar de pertenencia.
Añoramos y soñamos partidos, en donde las canchas están peladas, donde hay un único juego de camisetas, zapatillas en vez de botines, jugadores que viven para el fútbol y no del futbol, donde hay policía pesada, hinchas rivales que no comul
gan con el fair play tribunero, y tablones que consumieron su vida útil hace alrededor de 30 años.
Pero la "cultura del aguante", todavía guarda cierto romanticismo.
El hincha del ascenso sabe que nunca va a jugar la Copa Libertadores. Es como una vivencia de horizontes limitados pero igualmente vividos. Si la pasión del hincha del ascenso resulta aparentemente desmedida, es porque la gratuidad de su amor es más evidente. Vos sos hincha de River o Boca, y tu amor también es gratuito, porque nada de lo que ganen los jugadores de esos clubes te va a llegar, ni tampoco nada del dinero que le entren por los pases de Buonanotte o Gaitán ¿Qué te va a llegar? Ahora, cuando ni siquiera tenés esa perspectiva, ese amor es más puro y desinteresado. Un hincha de Primera no puede creer que un tipo sea de Merlo, Morón, de Ituzaingó, de Midland, de Liniers o de Temperley. En ese sentido, es un amor de otra dimensión.
¿Cómo hace un chico, algún futbolero de alma, para encariñarse exclusivamente con un cuadro de la cuarta o la quinta categoría del fútbol argentino? Porque salvando a los chicos de las inferiores, a las familias de los jugadores, a los directivos y
sus entornos, a aquellos vecinos de siempre, se hace casi imposible amar únicamente a un equipo chico, pero muy chico. Lo mejor que puede pasar es que haya cariño por uno y amor por un poderoso, alguno que le permita al hincha sentirse importante, pertenecer a alguna gesta ganadora.
Es así señores, no es fácil el futbol de ascenso, solo explicable como una pasión inexplicable.

YAPITA
“El loco Dubois”
Darío Dubois se crió en Villegas, a orillas de la avenida Crovara. Comenzó su carrera futbolística como marcador central en Yupanqui, allá por 1994. Luego pasó por Lugano, Laferrere, Midland, Victoriano Arenas, Deportivo Riestra y Cañuelas. A D
ubois se lo conoce más por sus hazañas rebeldes que por sus logros deportivos.
"Una vez jugando para Midland enfrentábamos a Excursionistas en el Bajo Belgrano. En la segunda falta que hago el árbitro Juan Carlos Moreno me saca la segunda amarilla y cuando me saca la roja se la caen 500 pesos del bolsillo; me zambullí al suelo, agarré la guita y me fui corriendo. Me seguían todos: el árbitro, los jugadores, cuerpo técnico, se armó un quilombo que ni te cuento. Adentro de la manga, rodeado, le dije al juez: ’Este es el premio que vos me sacas por echarme, hijo de puta’. Al final se lo terminé devolviendo porque sino me daban veinte fechas".

Algunos pocos fragmentos (o disparadores) son de Revista Sudestada, nota de Marcelo Massarino, Walter Marini.
AUTOR: elEdu

7 comentarios:

  1. al fin alguien se acuerda del futbol pasional como el ascenso, gracias edu

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  2. Buenisimo!!! si tengo un hijo varon lo voy a persuadir todo lo que pueda para que no sea de Boca como el Padre. Que para ir a la cancha tiene que ser amigote de los dirigentes Macristas y garcas. Midland es el mas cercano creo, me suena a poco pero si no hay otro?

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  3. EL ALQUIMISTA J.V.13 de mayo de 2010, 4:35

    Cuando Ferro era de la A y militábamos en los barrios de Libertad (en la U.B. Puerto Argentino eran todos del Mitland)seguía más entusiastamente el ascenso. Hoy Ferro juega el ascenso y ya no tengo tanto entusiasmo. ¿seré yo o serán los perros de Ferro?. Lo que hay que reconocer es que el barrio tira y por eso la pasión a flor de piel en los hinchas del ascenso. Buen recuerdo Edu

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  4. Donde estaba yo cuando este pendejo andaba por esos lugares? Habre sido un padre ausente o este pibe se rajaba sin avisarle nada a nadie?De cualquier manera, ya paso, lo importante es todo lo que te dejo de bueno como para poder expresarlo de esa manera. Bien EDU.

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  5. Era pendejo y no habia celulares, no habia noticieros rompiendo las bolas 24hs, de que estan matando gente por todos lados, que mierda vas a saber por donde andaba!!, Por suerte!, ja..

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  6. despues de leer lo que escribiste no puedo comprender por que le rompes tanto las pelotas al gallego.tendrias que entenderlo...estuvo excelente lo que escribiste,y puedo dar fe que es asi porque yo tambien lo vivi.ah,para la proxima habla en tercera persona je je

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  7. me mataste, esta muy bueno, casi se me escapo, un lagrimon, me senti identificado cuando seguia a la academia de merlo norte.

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