La formación inicial se compone de Edu D. (elEdu), Hugo P. (Grafo), Hernan G. (PIC), Carli C. (Calito), con la participación especial de
Jorge V. (El Alquimista) y Raúl D. (RD), pero esperamos seamos mas. En este partido como en los partidos de la vida hay alegrias, tristezas, polemicas, amores, desamores, cambios y transformaciones, seria un placer que participes de ellos junto a nosotros..

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domingo, 9 de mayo de 2010

Los Mundiales son un parto

Los argentinos en épocas de mundial de fútbol, que podríamos situar entre los meses de junio y julio de cada 4 años, vivimos una pasión poco comparable a otras en nuestras vidas. Hasta las mujeres se entusiasman y comentan los pormenores de los partidos y casi ni protestan cuando el sector masculino monopoliza el uso del televisor.

Pero, más allá de la frase periodística “durante el mundial se paraliza todo”, la vida continua su curso, la gente sigue alimentándose, se enferma, se casa, tiene hijos. Aunque hay que reconocer que todo se hace respirando una “atmósfera mundialista”.

Hecha esta aclaración, quiero contar que los nacimientos de mis hijos estuvieron ligados fuertemente a ese ambiente de los mundiales.

En 1978 Argentina ganó el torneo de local y de la mano de Mario Kempes. Uno de los mejores jugadores juveniles no estuvo incluido entre “los 23”, era Diego Maradona. ¿Por qué?, habría que preguntarle a Menotti. Para festejar la obtención del máximo galardón mundial, al cumplirse un año de la hazaña, el 25 de junio de 1979 se realizó un partido en el estadio de River entre la selección argentina y el “resto del mundo”. Como la figura de Maradona ya era muy importante, situación que se confirmaría meses después siendo la figura del mundial juvenil que ganó Argentina en Japón, Menotti, esta vez sí lo incluyó en la selección mayor para ese partido.

¿Qué tiene que ver esto con los partos? Bueno, a mi hija María Laura no se le ocurre mejor idea que la de nacer el mismo día y a la misma hora del partido. Y yo en lugar de ver a la selección, se me ocurre presenciar el parto. Cuando los pujos arreciaban y casi en el mismo momento en que la niña asomaba su cabecita sentimos un estruendo que venía de la calle: gol de Diego: un golazo que después veo por la tele, una pelota con comba de izquierda a derecha, o de derecha a izquierda según se lo mire (nunca entendí este tipo de comentario) del arco de Zoff (arquero del equipo del resto del mundo), inatajable. Después perdimos 2 a 1, pero el Diego se había consagrado entre los grandes.

En 1982 Italia ganó el mundial de la mano de Paolo Rossi. Esta vez si, Diego Maradona estuvo entre “los 23”, también bajo la conducción de Menotti. Aunque ya deslumbraba en Barcelona, no lo hacía con el fulgor que lo convertiría en el mejor del mundo en el Nápoli. Argentina perdió 2 a 1 con Italia y 3 a 1 con Brasil. Maradona produjo una modesta actuación en el mundial e incluso fue expulsado por juego brusco en el último partido (le metió un tremendo planchazo a un brasuca). Pero el 5 de julio se jugó el mejor partido del mundial y lo digo porque lo vi: Italia 3 (tres goles de Rossi, el último faltando 1 minuto para finalizar el partido), Brasil 2 (Sócrates y Zico).

¿Qué tiene que ver esto con los partos? Bueno, a mi hijo Juan Ignacio no se le ocurre mejor idea que la de nacer el mismo día y casi a la misma hora del partido (1 hora exactamente después de la finalización). Y yo, viendo el partido cuando debería haber comenzado los preparativos para el ingreso a la sala de partos a presenciar el nacimiento de mi primer y único hijo varón. Lo paso en limpio: Celia estaba internada desde la mañana del 5 de julio pero no pasaba nada. Al mediodía, hora del partido y ante la tranquilidad de la situación parteril, y con la correspondiente autorización de la parturienta, me retiro a mi hogar, distante 10 minutos del establecimiento sanitario, con la promesa de volver a más tardar a las 2 horas (duración aproximada del encuentro señalado). El partido no fue un partido, fue un partidazo y por suerte Paolo Rossi embocó el gol faltando un minuto, porque sino iban al alargue y sinceramente no se si me lo hubiera perdido. Llegué de vuelta a la clínica y en la habitación ya no había nadie, subí rápidamente a la sala de partos. Argumenté ante la partera que estaba prevista mi presencia en el acontecimiento, pero me retrucó que hasta que llegara el médico no podía entrar. Desde la puerta y sin que el tordo diera señales de vida, seguro que estaba viendo el partido, se escucho el llanto inconfundible de un bebé, mi hijo, que como tres años antes, estuvo ligado directamente a “mi” historia de los mundiales.

AUTOR: Jorge V. (El Alquimista)
Gracias Refutador por el aporte

3 comentarios:

  1. MUY LINDO RELATO!! INGENIOSO Y EMOTIVO!

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  2. MUY BUEN RELATO! INGENIOSO TU CUENTO!!!

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  3. Por suerte para este Mundial 2010, Celia no esta embarazada; sino estariamos hablando de una patologia severa (no hablo del embarazo, obviamente).

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